En todas las industrias se ha visto un aumento considerable en la necesidad de utilizar métodos para realizar pruebas de fugas innovadores, con mayor sensibilidad, que sean más rápidos y más precisos, y la industria de alimentos no es la excepción. El crecimiento microbiano, la oxidación, la humedad o las plagas pueden dañar los productos mucho antes de su fecha de caducidad. Hay dos aspectos muy importantes a considerar que ayudan a la conservación de los alimentos; Un envase adecuado y la atmósfera apropiada. Específicamente, las atmósferas compuestas de gas protector (Envasado en Atmósfera Modificada, o MAP por sus siglas en inglés) contribuyen a la vida útil de los productos alimenticios – siempre y cuando las concentraciones de los diferentes gases no cambien durante la vida útil del producto. Esto se logra a través de la utilización de envases sellados, es por ello que la detección de fugas en la industria alimenticia se ha vuelto fundamental. Por ejemplo: Durante el proceso de sellado, algunos capilares indeseados se forman debido al producto residual que queda cerca del cordón de soldadura o también por residuos de plástico originados durante el proceso de corte del envase. Los adhesivos y materiales de aluminio incorrectamente combinados también pueden conducir a sellos de mala calidad que afectan a los alimentos.
Los productos secos, como las nueces, los frutos secos o deshidratados, las papas fritas u otros productos horneados generalmente se ven comprometidos debido a dos procesos: la oxidación por oxígeno y la entrada de humedad. Los productos semisecos como los alimentos horneados, la pasta fresca o los quesos, en su mayoría se ven comprometidos por el rápido crecimiento de microorganismos. Los alimentos echados a perder representan potenciales riesgos a la salud de los consumidores, es por ello que los productores de alimentos deben garantizar la seguridad de sus productos de acuerdo al Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HCCP - Hazard Critical Control Point por sus siglas en inglés). INFICON ha traído su tecnología y su basta experiencia en detección de fuga a la industria de alimentos con su detector de fugas Contura S400.
El detector de fugas Contura S400 fue desarrollado específicamente para los procesos de envasado y empaque de alimentos, incluidas las cápsulas de café, empaques flexibles y los MAP. Su principio de funcionamiento se basa en el método de aumento de presión en una cámara de aluminio flexible que permite detectar fugas gruesas o fugas capilares menores a 10 micrones. Este detector de fugas opera completamente de forma no destructiva y no requiere de gaz trazador.
Además, puede ser integrado de manera sencilla vía Ethernet a cualquier proceso de control de calidad, permitiendo la mejora continua durante el proceso de fabricación.